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Lenguaje de señas ayudó a atención médica de anciana

 

La nieta de la mujer pudo explicar el estado de su abuela gracias al lenguaje de señas.

Lo que sería una visita domiciliaria más por parte del personal sanitario de la Unidad de Salud de la Familia de San Agustín, se convirtió en una situación muy particular y emotiva durante la visita a una anciana de 101 años, quien vive con una nieta sordomuda.

La misma se comunica a través del lenguaje de señas y pudo expresar la preocupación por su abuelita gracias a la capacidad de una de las agentes comunitarias, que con un emotivo ejemplo de vocación y empatía, demostró cómo la comunicación inclusiva puede marcar la diferencia en la atención sanitaria.

La Lic. Adriana Bogarín, de la Unidad de Salud de la Familia, utilizó el lenguaje de señas para comunicarse con la nieta de la mujer, logrando así un momento de vínculo y confianza, que fue más allá de lo clínico.

La nieta de la anciana pudo explicar el estado de salud de su abuela, recibiendo orientaciones sobre el tratamiento indicado para la misma, además de recibir orientación emocional y el cuidado necesario.

De profesión química farmacéutica, Adriana se formó en lenguaje de señas en el Instituto Antonio Próvolo de Ciudad del Este y forma parte del equipo médico desde hace cinco años donde, además de sus funciones habituales, cumple un rol fundamental como intérprete para personas con dificultades auditivas o del habla.

El equipo de salud procedió a realizar en la vivienda la consulta médica, entrega de medicamentos y aplicar la vacuna contra la influenza a todos los miembros de la familia.

En la zona de la USF San Agustín se registran actualmente siete personas con dificultades de habla y audición. La totalidad es acompañada por el equipo de salud garantizando una atención digna y accesible.

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