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Industrias maquiladoras firmaron convenio con el Ministerio de Justicia para instalarse en la penitenciaría de Minga Guazú, de manera a dar oportunidad de reinserción social y laboral a las personas privadas de libertad (PPL). Ambas son del rubro textil, una se dedica a la fabricación de cortinas y otra a la confección de ropas para bebé. Los beneficiados serían casi 50 personas, inicialmente.
La primera firma de convenio se realizó con Cortinerías del Paraguay S.A., una maquiladora con 16 años de trayectoria que exporta su producción al Brasil. Este acuerdo permitirá la instalación de un módulo productivo dentro del penal, donde entre 25 y 30 reclusos comenzarán a fabricar cortinas, con la posibilidad de ampliar el alcance del programa a 150 internos en una etapa futura.
El proyecto se fundamenta en un modelo de capacitación integral que combina teoría y práctica, orientado a dotar a los internos de competencias técnicas en el manejo de maquinaria textil y habilidades blandas como la comunicación, el trabajo en equipo y la disciplina laboral, esenciales para su futura inserción en el mercado laboral. Además, los internos recibirán una remuneración por su labor, contribuyendo a su autosustento y al apoyo económico de sus familias.
Paralelamente, también se inauguró un taller textil en cooperación con la empresa Dreamy Internacional S.A., dedicada a la confección de ropa de bebé. Este programa empleará inicialmente a 18 internos, quienes estarán a cargo de la elaboración de ajuares infantiles bajo estándares de calidad internacional.
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La empresa se encarga de proveer el equipamiento y los insumos necesarios para el desarrollo de las actividades. Este proyecto, denominado “Un sueño, un nuevo comienzo”, busca fomentar el aprendizaje de un oficio que les permita integrarse al sector productivo tras su liberación, reforzando la idea de que la rehabilitación es una herramienta poderosa para cambiar vidas.
Ambos proyectos se desarrollan bajo el marco del Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria, que tiene como objetivo transformar el sistema penitenciario en un espacio de formación y producción, reduciendo los niveles de ocio dentro de los centros y fomentando una cultura de trabajo y responsabilidad entre los internos. Con estas iniciativas, el Ministerio de Justicia ya ha logrado implementar cuatro módulos productivos en el penal de Minga Guazú, consolidándose como un referente en la región en términos de programas de reinserción laboral.
IMPACTO
Estas acciones generan un doble impacto positivo: por un lado, brindan a los internos la posibilidad de rehabilitarse a través del trabajo digno y de adquirir herramientas para su reintegración a la sociedad; por otro lado, fortalecen la economía regional al proveer a las empresas privadas una fuerza laboral capacitada y eficiente, que permite responder a las demandas del mercado con competitividad y calidad.