Desde que cae la noche en el puerto Tres Fronteras, ubicado en Presidente Franco, el lugar se convierte en un hervidero de contrabandistas, que llevan y traen mercaderías a gran escala, de manera totalmente ilegal. A pesar de la presencia de la Armada Paraguaya y de efectivos de la Policía Nacional, el contrabando prolifera bajo la evidente complicidad de las autoridades.
Según denuncias, los contrabandistas inician sus operaciones al caer el sol, aprovechando la falta de control en la zona. La subcomisaría 10ª Tres Fronteras, cuyos agentes están encargados de patrullar los accesos al puerto, también estaría involucrada en este esquema. Las actividades ilícitas incluyen el traslado de mercaderías desde Argentina a Paraguay a través de puertos clandestinos en el lado argentino del río Paraná. Desde estos muelles improvisados, se envían todo tipo de productos al Brasil, incluyendo electrónicos, armas, municiones, cigarrillos producidos por Tabesa e incluso drogas.
El contrabando no se limita a productos que salen de Paraguay. De acuerdo a los reportes, a territorio paraguayo ingresan frutas y hortalizas, azúcar, pollo, embutidos y otros productos de consumo, los cuales son posteriormente redistribuidos por todo el país.
Los cabecillas de estas operaciones, conocidos por los alias “Piri” y “Colo”, actúan libremente bajo la supuesta protección de efectivos de la Armada Paraguaya. Las denuncias apuntan específicamente al Teniente Insfrán y al Teniente González, alias “Bagre”, quienes serían responsables de custodiar la zona de Tres Fronteras. Sin embargo, según las mismas fuentes, los funcionarios y marinos abandonan el puesto alrededor de las 19:00 horas, dejando el campo libre para que los contrabandistas operen casi toda la noche. “Este es el trabajo que se está haciendo en Tres Fronteras frente mismo al puesto de la Marina, cuyos efectivos ‘no se dan cuenta’», ironizó un denunciante que pidió mantener el anonimato.
CAMBIOS DE GOBIERNO SIN IMPACTO
El contrabando hormiga continúa en la zona a pesar de los cambios recientes de gobierno en Paraguay y Argentina. A nivel local, la asunción de Santiago Peña no ha modificado la situación en la frontera, y del lado argentino, la llegada de Javier Milei tampoco ha generado cambios en el control de la zona.
“Pese a los nuevos gobiernos, nada ha cambiado en cuanto al contrabando hormiga que a ojos vistos goza de buena salud”, expresó Édgar Cuevas, gerente Anticontrabando de la Unión Industrial Paraguaya (UIP).
El contrabando no solo afecta a las autoridades, sino también a la economía formal del país. Importadores e industriales advierten que el comercio legal está siendo seriamente perjudicado, poniendo en riesgo empleos formales. Según Cuevas, el contrabando se da en todas sus formas: utilizando camiones de diferentes tamaños, furgonetas, vehículos utilitarios, motocicletas, bicicletas e incluso a pie.
“No cambió absolutamente nada en la frontera. En Tres Fronteras se retiró el resguardo y el contrabando se perfeccionó. Solo que el componente de la coima directa ya no existe”, aseveró Cuevas. El Mercado de Abasto de Ciudad del Este, ubicado en el barrio Obrero, sigue siendo un punto de distribución de productos de contrabando. “Todo sigue igual”, insistió el representante de la UIP.
La situación en el puerto Tres Fronteras pone en evidencia la ineficacia de los controles y la falta de voluntad política para enfrentar el contrabando, una problemática que sigue afectando a la economía formal y a la seguridad en la región.