En Paraguay, las temperaturas extremas, especialmente durante el presente verano, representan un drama para la salud de la población. Estas condiciones climáticas, de no corresponder a cuidados, pueden generar golpes de calor, deshidratación y exacerbar enfermedades crónicas, además de propiciar la proliferación de patologías de estación, caracterizadas por dificultades gastrointestinales, respiratorias y dermatológicas.
Para enfrentar estos riesgos, es esencial adoptar medidas preventivas sustentadas en el cuidado personal y la higiene comunitaria.
Las altas temperaturas deben obligar a una correcta hidratación. Beber abundante agua potable a lo largo del día, incluso si no se siente sed aparente, es vital no solo para apaciguar el calor, sino para cumplir con las necesidades biológicas del organismo. Se recomienda evitar bebidas azucaradas, alcohólicas o con cafeína, ya que pueden contribuir a la deshidratación.
Usar ropa liviana, de colores claros y tejidos que permitan la transpiración, con la utilización de sombreros y gafas de sol, si uno se expondrá a la intemperie en horarios complicados, también protege de la radiación solar.
Igualmente, limitar actividades físicas al aire libre entre las 10:00 y las 16:00 horas, cuando la radiación solar es más intensa, evitará consecuencias severas para la piel.
Mientras lo extremo hace daño al ser humano, en contrapartida ayuda a otros microorganismos en su reproducción. El calor y la humedad son factores que favorecen la proliferación de bacterias, virus y parásitos, responsables de enfermedades como diarrea, dengue, chikungunya, infecciones dérmicas, entre otras. Por ello, es crucial la higiene básica. Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, especialmente antes de comer, después de ir al baño o de manipular alimentos ya no debería ser algo fuera de lo habitual.
Bañarse con regularidad, usando jabones adecuados para evitar la proliferación de hongos y bacterias, por más repetido que parezca, sigue siendo elemento de sustento para la salud propia y comunitaria.
Evitar alimentos en mal estado o preparados sin medidas adecuadas de higiene, ayudará a alejarse de hospitales y malestares.
Como componentes de la sociedad presente, uno debería tener en la memoria el requerimiento de eliminar criaderos de mosquitos, como recipientes con agua estancada, neumáticos o cualquier acumulación que pueda convertirse en foco del Aedes aegypti.
Promover la recolección y disposición adecuada de residuos sólidos, fomentando campañas comunitarias de limpieza en barrios y zonas públicas disminuye el riesgo latente de dolor y luto.
Adoptar estas prácticas no solo protege contra los efectos inmediatos de las altas temperaturas, sino que también contribuye al bienestar general de la comunidad, reduciendo el impacto de enfermedades estacionales y dando un respiro a la menesterosa salud pública en Paraguay.