Si bien las cuestiones técnicas, y por sobre todo los costes ya están oficiosamente acordados, la negociación de la tarifa de Itaipú es un tema de suma importancia para Paraguay, ya que afecta directamente a los ingresos que el país percibe por la energía generada en la central hidroeléctrica que comparte con Brasil.
A lo largo de los años, este acuerdo ha sido clave para el desarrollo económico y la capacidad energética de Paraguay, por lo que cualquier modificación en los términos tarifarios tiene un impacto profundo en las finanzas públicas y en el acceso a recursos energéticos para los ciudadanos, por lo que todo cuidado es poco, pues en la esencia, lo pactado como caballeros, puede ser una trampa para incautos.
Sin embargo, la presencia de figuras políticas que carecen de credibilidad o cuyas trayectorias están marcadas por escándalos de corrupción o falta de preparación técnica como Javier Zacarías y Hernán Rivas, por citar algunos, en las comitivas encargadas de negociar este tipo de acuerdos internacionales, genera desconfianza y resta seriedad al proceso. ¿Qué pueden siquiera opinar iletrados? ¿Qué garantía pueden dar a inmorales?
La ciudadanía observa con preocupación que, a pesar de los avances técnicos logrados en las mesas de negociación, la inclusión de estos actores disminuye la transparencia y profesionalismo que una negociación de tal envergadura requiere. Se hace hincapié que los asuntos de trascendencia ya tienen marcos preestablecidos, pero si se dan incisos que discutir, qué pueden entender legos. “Qué sabe el burro de alfajores”.
Este tipo de nombramientos afecta la valoración ciudadana no solo del acuerdo en sí, sino también de la clase política que toma decisiones cruciales para el país. Siempre habrá peligro cuando se integra a personas de dudosa honorabilidad en estamentos decisivos.
En un momento en que se necesita firmeza y capacidad técnica para asegurar un acuerdo justo y beneficioso, la representación inadecuada puede comprometer no solo el resultado de la negociación, pero por sobre todo la confianza del pueblo paraguayo en sus instituciones.
Hasta “solo para la foto”, es indignante tener a impresentables. Solo son “figuretis”.
Hay decisiones por sentimientos totalmente disociados de la razonabilidad y ética, que no pueden darse cuando se trata de contextos de interés nacional.
En administración pública, de hecho que no deberían prosperar quienes no reúnen requisitos básicos, tanto académicos como en honestidad, pero al pueblo le gusta elegir a propios verdugos.
Itaipú Binacional es un tema de extrema trascendencia, en todos sus ámbitos. No se discute lo hecho hasta la fecha por la mesa genuinamente técnica, donde incluso el Presidente de la República, Santiago Peña encabeza los diálogos que desembocan en un acuerdo, que en verdad se espera sea de beneficio pleno para el país, pero es innecesario inclusiones de quienes solo suman rechazo, teniendo como mayor mérito ser trepadores y rastreros. Hay que aprender que la prioridad es congraciarse con el pueblo, no con rufianes.