En un intento desesperado para que su gestión no sea fiscalizada por la Contraloría General de la República, el intendente de Hernandarias, Nelson Cano, vetó la resolución del legislativo que solicitó la revisión inmediata del ente contralor sobre los manejos financieros de la comuna. La decisión del ejecutivo es irregular, pero algunos concejales serviles remitieron su resolución a las comisiones asesoras “para su estudio y análisis”.
La semana pasada, la Junta Municipal, con una mayoría de 10 votos, aprobó que la CGR fiscalice la administración comunal, ya que la rendición de cuentas del año pasado fue rechazada en dos ocasiones por falta de documentos respaldatorios. En la sesión de ayer ingresó el inédito veto del ejecutivo, que de acuerdo a los ediles, no incide en la decisión que adoptaron y esperan que los técnicos de la CGR lleguen a Hernandarias en la brevedad posible.
Los documentos que respalden gastos e inversiones con recursos genuinos, Royalties, Fonacide y otros fondos, no fueron enviados a la Junta Municipal. En años anteriores, Cano tenía una mayoría que aprobaba a ciegas todo pedido o rendición que enviaba al legislativo, pero ahora, con esta determinación de los ediles se evidencia que hubo ruptura con colorados y opositores.
Un eventual pedido a la Cámara de Diputados para la intervención de la municipalidad también está latente y si la CGR confirma las irregularidades que hace años denuncian los ediles disidentes, hay elementos valederos para que la gestión de Nelson Cano esté bajo la lupa de los contralores.
