Un tratamiento innovador realizado con membrana amniótica permite que un menor, víctima de una brutal agresión, se recupere exitosamente tras tener todo el rostro quemado con aguarrás y fuego. Pese a la gravedad del caso, el niño se recupera satisfactoriamente en su domicilio, tras permanecer varios días en la capital del país. El resultado es celebrado por médicos locales, atendiendo que prácticamente no tendrá secuelas.
El pasado 25 de julio, un niño de 8 años fue víctima de una grave lesión en el rostro cuando una menor de 14 años – en complicidad con otra de 16 años- le arrojó aguarrás y prendió fuego, causándole quemaduras de 1er y 2do grado. Luego de recibir los primeros auxilios y cuidados en el Hospital Los Ángeles, el menor fue trasladado al Hospital del Quemado en la capital del país, atendiendo que la vista era una de las zonas más comprometidas.
El Dr. Guido Venialgo, titular del Hospital Los Ángeles, comentó que este caso conmocionó a todo el plantel médico, atendiendo lo chocante que resulta el hecho en sí y teniendo en cuenta que la víctima tiene apenas 8 años. “Para nosotros es una satisfacción enorme como médicos ver la recuperación exitosa de este niño, a quien nuestros profesionales brindaron los primeros auxilios con el lavado quirúrgico, curaciones y desbridamiento de heridas”, expresó.
Así también fue atendido por el oftalmólogo y el cirujano plástico, que luego de una junta médica decidieron trasladarlo a la capital del país, atendiendo principalmente que se trataba de una quemadura que no podían prever qué evolución tendría, así como la afectación del ojo. “En ese momento no podíamos predecir qué podría pasar y preferimos enviarlo a la capital, en el hospital especializado para estos casos”, dijo.
El pequeño recibió en el rostro un tratamiento innovador realizado con membrana amniótica, cuyo resultado ha sido sorprendente y satisfactorio. La membrana amniótica es una capa de la placenta humana que contiene sustancias naturales (factores de crecimiento) que ayudan en la regeneración de tejidos y controla la inflamación, utilizado mayormente en tratamientos oftalmológicos. “La evolución fue sorprendente, el criterio médico fue estupendo. Le colocaron la membrana amniótica y respondió tan bien que hoy en día ya se encuentra en su domicilio haciendo tratamiento ambulatorio bajo el atento acompañamiento del cirujano plástico Dino Monges”, comentó.
La evolución del menor ha sorprendido al personal médico, ya que las secuelas prácticamente son invisibles, atendiendo que las cicatrices serán mínimas y la vista se mantiene intacta.