Los violentos asaltos domiciliarios son incesantes en el Alto Paraná, dejando al menos 12 viviendas afectadas por la inseguridad el pasado mes de noviembre. Los bandidos operan con tranquilidad, robando todo lo que con sacrificio las familias consiguen. Los asaltantes hieren y golpean a los propietarios de las casas aprovechando el horario nocturno, mientras se encuentran descansando.
En la madrugada de ayer, primer día de diciembre, tres sujetos encapuchados abrieron a la fuerza la puerta de una casa. El propietario Antonio Araujo Rivas (51) escuchó el fuerte ruido y al levantarse a verificar encontró a los delincuentes en la sala de la vivienda, quienes lo rindieron a punta de arma de fuego y golpes. Seguidamente lo obligaron a la entrega de 1000 euros que tenía ahorrado, además de joyas de oro y aparatos celulares.
Los bandidos recorrieron toda la casa mientras el dueño permanecía cuerpo a tierra, con un arma de fuego apuntado en su cabeza y siendo amenazado de muerte en todo momento.
Según Araujo Rivas, los asaltantes sabían que tenía dinero guardado, porque al ingresar ya le exigieron el monto que tenía guardado. Los agentes de la subcomisaría 14 fueron alertados y conversaron con la víctima, que les manifestó que llegó tarde de un evento y al acostarse para dormir escuchó el ruido de la puerta. Al salir a mirar ya fue rendido por los marginales que tenían el rostro cubierto. Luego del atraco salieron corriendo y abordaron un automóvil cuyas características no supo precisar.
NADIE SE SALVA
En los últimos meses la inseguridad viene afectando a familias dentro de sus propias casas. Lo que antes era el sitio seguro del ciudadano, ahora se convirtió en un lugar de intranquilidad y momentos de terror.