Con la llegada del día del niño, las instituciones educativas inician los preparativos para los festejos de esta jornada tan esperada por los estudiantes. Así también, en ese marco se organizan las famosas olimpiadas, que cada año generan problemas principalmente en las escuelas públicas, por el alto costo que implican y sobre todo por la poca claridad en el manejo de los aportes. Los padres que integran las comisiones de grados son ninguneados y a le vez obligados a aceptar todo lo dispuesto desde la dirección sin reclamar, de lo contrario, son vilmente censurados.
En la Escuela Básica Nº 1633 “Espíritu Santo” del Área 4, los padres denuncian que no fueron consultados al momento de “firmar contratos” con empresas encargadas de confeccionar las remeras y una serie de cuestiones que hacen a la organización del tradicional Torneo de Países, que finalmente será totalmente financiada por los mismos.
Cada año las diversas comisiones de padres son convocadas para consensuar todo lo concerniente a las olimpiadas, pero llamativamente este año los mismos fueron dejados de lado y la firma del contrato con la empresa fabricante ya se habría dado. Al enterarse de esta situación, varios padres hicieron llegar sus quejas, pero simplemente fueron bloqueados en el grupo de padres del Whatsapp, recibiendo como respuesta que oportunamente los docentes, nominados líderes pedagógicos encargados, darán las coordenadas de cómo será realizada la actividad.
Aseguraron que el año pasado ya se les impuso la marca a cargo de los atuendos deportivos, pero con la posibilidad de gestionar auspicios y con varios beneficios que ofrecía la misma a la organización del evento. Este año se adoptó el mismo mecanismo e incluso ya se firmó el contrato con la empresa Benja Sport de Pdte. Franco, pero sin la posibilidad que los padres puedan gestionar donaciones y ningún tipo de beneficios o aportes para la organización del evento, más que remeras para docentes y fotografías.
Este tipo de prácticas se hicieron comunes en las diversas instituciones educativas públicas de la zona, convirtiéndose en un verdadero negociado que beneficia- por lo general- a las autoridades directivas, que estarían recibiendo un considerable porcentaje por cada producto vendido.
Sólo en esta institución el promedio de alumnos por aula es de 35 a 40, existiendo dos secciones de cada en ambos turnos, lo que daría un promedio de 1200 alumnos. De darse una ganancia mínima de G. 2.000 por cada producto vendido, la ganancia seria de G. 2.400.000.
En educación inicial el gasto mínimo sería de 50 mil, siendo que las remeras son de carácter obligatorio. En caso de optar por el atuendo completo el costo mínimo sería de G. 85.000. En el nivel medio, el costo mínimo es de G. 75.000 y optando por el atuendo completo asciende a G. 120 mil por alumno, solo en equipo deportivo. Los padres que tienen más de un hijo, no solo deben desembolsar mucho más, sino que prepararse para varias noches de actividades, atendiendo que cada ciclo tiene su inauguración en días diferentes, siendo cuatro días de actividades consecutivas
Este sistema se viene utilizado en varios colegios hace años, principalmente donde el caudal de alumnos es inmenso, llegando el costo de las remeras incluso a los G. 75.000 cada una. De hecho, con una calidad superior, pero dejando una ganancia de mayor margen, que llegaría incluso a los G. 15 mil por pieza.
Desde el Ministerio de Educación existe la coordenada de “facilitar” la economía de los padres, pero este tipo de acciones sólo contribuyen a la desconfianza, transformando una simple actividad escolar, en verdaderos negocios que benefician a un selecto grupo.
