Las transportadoras de mercaderías siguen siendo blanco preferido de los asaltantes en Ciudad del Este, donde un grupo de 7 a 8 persona que se movilizaban en tres vehículos se apoderaron de mercaderías valuadas en USD 114 mil. El incidente ocurrió ayer a las 16:00 horas en las calles José Patricio Guggiari, a una cuadra de la Avenida Monseñor Rodríguez, en el Km. 8.5 del barrio Monday.
Las víctimas, identificadas como Tito Rigoberto Benítez Sanabria (47), conductor del vehículo, y sus acompañantes Sebastián Vázquez Bogado (63), y Fernando Javier Báez Espínola (23), fueron interceptados por los delincuentes mientras trasladaban la mercadería desde el Shopping Roma hacia un depósito. El cargamento consistía en varias cajas de baterías para computadoras de la marca Kingston por valor de USD 114 mil.
Los atacantes se desplazaban en tres vehículos: un Toyota Premio, modelo viejo, color gris, una camioneta Fiat Toro, color blanco y un Toyota Wish, color gris oscuro.
Del Toyota Premio descendieron entre 4 y 5 personas con los rostros cubiertos, chalecos con insignias policiales y armas de fuego. El grupo redujo a las víctimas, obligándolas a descender del furgón en el que transportaban la carga y las forzaron a subir a la carrocería del mismo.
Posteriormente, condujeron el vehículo con las víctimas hasta un terraplén ubicado detrás de la Cancha Sintética El Paraíso, a unas 10 cuadras del lugar de la intercepción. Allí, los delincuentes transfirieron las baterías al Toyota Wish, mientras la Fiat Toro escoltaba la operación. Finalmente, abandonaron a las víctimas junto con la camioneta de carga y huyeron con la mercadería.
El caso fue denunciado a través del Sistema 911, movilizando a efectivos del Puesto Policial N.º 5, quienes acudieron al lugar en la patrulla correspondiente. También participaron en la investigación agentes de la División de Investigación de Delitos y personal de Criminalística.
Las tres personas afectadas no sufrieron lesiones físicas graves y fueron liberadas ilesas tras el incidente.
Las autoridades trabajan para identificar a los responsables del robo y recuperar las mercaderías sustraídas. El modus operandi de los delincuentes, que incluyó la utilización de chalecos con insignias policiales, genera sospechas de un nivel elevado de planificación y coordinación en el asalto.