
Un nuevo problema entre algunos padres y una docente es lo que se está dando en la Escuela Básica Nº 1633 “Espíritu Santo”, del Área 4. Según la denuncia presentada ante los medios, una docente del preescolar estaría teniendo actitudes llamativas y hasta violentas contra sus tres alumnos con Trastorno del Espectro Autista. Pese a que la dirección de la institución ha intentado subsanar el inconveniente, no ha podido llegar a un acuerdo y los ánimos sólo tienden a alterarse.
José Martínez, padre de uno de los niños, indicó que son tres las familias cuyos hijos tienen la condición de autismo, de los cuales dos son no verbales, es decir, no pueden expresarse a través de las palabras y otro tiene problema con el habla.
El mismo indicó que en los últimos tiempos ocurrieron accidentes llamativos dentro del aula, por lo que decidieron investigar lo que estaba pasando. “El primer incidente se dio cuando mi hijo llegó a casa con el labio roto. Pensamos que simplemente se lastimó, atendiendo que son niños y juegan. Pero no pasó una semana de eso y a una de las niñas le cerraron la puerta por el dedo, lo que ya despertó nuestra alerta”, explicó.
El mismo comenta que en ese momento empiezan a intercambiar experiencias con los demás padres, descubriendo que eran muchas situaciones llamativas, por lo que recurren a la docente, quien presenta versiones distintas sobre un mismo hecho, por lo que solicitan las imágenes del circuito cerrado. Ante el pedido, reciben la negativa de la dirección, afirmando que las mismas ya no existen porque la memoria es pequeña y no almacena archivo de muchos días antes.
Una de las situaciones detonantes para la familia de Martínez se habría dado cuando su pequeño hijo tuvo una crisis emocional, sin recibir la contención de la docente, identificada como Isabel Arias, quien lo habría dejado llorar por más de 40 minutos, llegando incluso a orinarse encima.
El mismo comenta que volvió a pedir las imágenes y que pudieron acceder, pero con la condición de no grabar como evidencia. Las cámaras revelaron que en momento alguno su hijo recibió la contención indicada para el caso, siendo obligado a sentarse, teniendo espasmos de rabia, lo que termina generando la orina. Tras lograr calmarlo y cambiarle la ropa, el niño recibe un tarro de plastilina, para segundos después comérselos sin que nadie se percate. “Ella misma nos dijo que prefiere no trabajar con niños con TEA, que a ellos les dará plastilina para que se entretengan y que no pararía de dar clase a los demás por los niños TEA. Un día nos entregaron a nuestro hijo lleno de cagada, sucio”, comentó.
Pamela Cabañas, otra madre afectada, indicó que la docente siempre fue “una muralla” entre ella y su hija. La misma permanece en la institución las 5 horas del día por indicación médica, atendiendo que la menor tiene una alimentación especial y utiliza pañales. “Le dejó llorar por más de una hora, me dice que no es su niñera, pero tampoco me deja cambiarle sus pañales ni darle la leche. Desde afuera escuché como mi hija gritaba durante sus crisis y no me dejaban entrar, quise enseñarles como contenerle, pero tampoco me dejaron”, explicó.
Los mismos mantuvieron reuniones con el sicólogo de la escuela, tomando notas de los reclamos, a la par de reunirse con la docente en cuestión. Luego se elevó un informe a la dirección, que pasó a la supervisión y se formó una mesa de diálogo, donde todo se minimizó. “No le estamos trayendo a nuestros niños debido a esto, ya vamos por tres semanas, dijimos que queríamos solucionar este tema dentro de la escuela, no nos hicieron caso y no nos quedó de otra de revelar todo lo sucedido, pese al stress que esto significa para todas las familias”, acotó.