
Pese a las mejoras introducidas en la entrada al país con la instalación de paradas y bancos de espera, aún queda mucho por hacer, atendiendo que existen zonas invadidas por escombros y basuras, que además de causar una mala impresión, se convierten en un riesgo principalmente para los peatones. Ciudad del Este es considerada pulmón comercial del país, por lo que resulta más que importante coordinar acciones entre las instituciones, brindando una “carta de presentación” que atrape a los turistas.
La zona Este del país registra un movimiento considerable en ésta época del año, donde las principales avenidas y calles del microcentro se llenan de viajeros que aprovechan las vacaciones para cruzar la frontera y llegar hasta el litoral del Brasil, y compradores que siguen llegando pese a que ya pasó la temporada alta de fin de año.
Hace seis meses publicábamos el vergonzoso estado que presentaba la entrada al país, como un reflejo de la desidia de las autoridades locales y nacionales. De ese tiempo para aquí, fueron instaladas varias paradas de espera de buses, mejorando de manera considerable la vista e impresión en la zona de bienvenida al país, en el primer tramo de la ruta PY 02.
Pese a ello, en varias partes las veredas siguen rotas y con baches. También hay bancos corroídos por la humedad y la dejadez en los paseos centrales, así como una gran cantidad de materiales de construcción abandonados e incluso malezas.

La inconciencia de las personas también suma un punto negativo, ya que constantemente las basuras son arrojadas en la calle por los visitantes y los propios comerciantes de la zona, contribuyendo negativamente a la imagen de la ciudad, que muchas veces presenta un aspecto sucio, descuidado y por ende desagradable.
Este aspecto debe seguir mejorando, atendiendo que el turismo receptivo de las Cataratas del Iguazú sigue limitándose a los shoppings ubicados en la entrada de la ciudad, ya que la zona tiene pocos atractivos y con estas condiciones se hace difícil “atraer” a los visitantes para un paseo por la zona comercial, atendiendo lo difícil que resulta moverse por las calles del microcentro.
Estos “estorbos” que se van presentando en el camino, siguen siendo un peligro ante cualquier distracción. Durante los días de lluvias, la ausencia de un sistema de alcantarillado, hace que las aguas acumuladas tomen fuerza y lleven todo a su paso.
Gran parte de las arterias del microcentro siguen en un penoso estado, las avenidas siguen con grandes baches, veredas rotas y zanjas. Además, el desorden y la inconciencia al momento de arrojar basuras en las calles, siguen en el orden del día.