El Día Mundial de Andar con Zancos, celebrado cada 27 de julio, rinde homenaje a aquellos que encuentran en las alturas su pasión y profesión. Felipe García London (37), más conocido como «Pipo», es un zanquista de Ciudad del Este, cuya trayectoria en las alturas es un testimonio de dedicación y amor por el arte. En una entrevista con el Diario Vanguardia, compartió su largo recorrido, lleno de desafíos y éxitos.
Todo comenzó en 2009, cuando Pipo, ya conocido por sus shows en eventos, recibió un pedido que cambiaría su vida. «Una señora me pidió que hiciera un show con zancos. Le dije que sí y me preparé en dos meses», recordó. Sin conocimientos previos, comenzó a investigar y, aunque fue difícil encontrar información, su determinación lo llevó a crear su primer par de zancos. «Comencé a hacer el prototipo y fui a un lugar para que me preparen. Primero se sorprendieron, les mostré la idea y me fabricaron en dos o tres semanas», explicó.
El siguiente desafío fue superar el miedo a las alturas y la posibilidad de caer. Con la misma tenacidad, practicó incansablemente. «Practiqué una semana. Como tenía la teoría de los malabares que es paso a paso, practiqué solo y luego logré trabajar con los zancos», relató. Su esfuerzo dio frutos y pronto comenzó a trabajar en diversos eventos, desde cumpleaños hasta encuentros empresariales.
Hoy, Pipo posee cinco pares de zancos y genera empleo para muchas personas, brindándoles la oportunidad de vivir del arte y aprender de él. «La única manera es mirar adelante y aprovechar las edades. A mis 23 o 24 años me enfoqué en aprender bien y viajar para capacitarme. Fui paso a paso», compartió. Su recorrido le permitió conocer lugares, sociedades y pensamientos diversos, enriqueciendo su perspectiva y habilidades.
Con 15 años dedicados a los zancos y 20 años en el mundo del arte del circo, Pipo es un referente en Ciudad del Este. Aunque hay otros zanquistas en la ciudad, la mayoría son sus alumnos. «Siempre estoy abierto para enseñar, es lindo poder pasar estos conocimientos a otras personas», dice con orgullo.
VALOR AL TRABAJO
La aceptación y respeto por su trabajo es algo que valora profundamente. «Hoy en día no puedo quejarme de la gente, respeta mucho el precio que pongo al servicio. Es importante saber vender el producto, pero la gente sabe valorar lo que hago», afirma. La inversión en el equipo completo de zancos puede alcanzar los G. 2 millones, pero para Pipo, vale cada centavo.
Normalmente utiliza zancos de 75 cm, alcanzando alturas de hasta 2.80 metros, aunque también dispone de zancos de 1.5 metros. Su habilidad y destreza en las alturas son un espectáculo que deja sin aliento a quienes lo ven en acción.
En el Día Mundial de Andar con Zancos, Pipo no solo celebra su trayectoria, sino también la pasión y el esfuerzo de todos aquellos que, como él, encuentran en los zancos una forma de vida y expresión artística.
