Mbaracayú, una pequeña comunidad en el norte del Alto Paraná, está dando un paso histórico para el desarrollo gracias a la pavimentación de una ruta largamente esperada. Esta obra, que abarca 61 kilómetros y unirá a la comunidad con Puerto Indio y la Ruta PY07, generó una nueva esperanza de los pobladores. Patricia Castelli, una de las habitantes de Mbaracayú, compartió en una entrevista en el programa Contrarreloj de Radio La Clave 103.9 FM, su entusiasmo por lo que ella describe como «un sueño hecho realidad».
Castelli reside en la colonia hace 24 años y recordó cómo la falta de caminos adecuados fue uno de los mayores desafíos para la comunidad, especialmente para aquellos que trabajan en el sector agrícola. «Cuando llegamos aquí, la situación era muy complicada. Puerto Indio, que es una de las principales áreas de la región, está en una extremidad, y para movilizarnos debíamos usar una balsa. Sin caminos pavimentados, era como estar en una isla», explicó.
Durante las lluvias, los caminos de barro se volvían intransitables, lo que encarecía los costos de transporte y limitaba el acceso a servicios básicos. «Moverse era muy costoso, y cuando llovía, simplemente quedábamos aislados», añadió.
La situación comenzó a mejorar con la construcción de asfalto entre San Alberto y Santa Fe hace unos años, lo que Castelli describe como «un respiro en la conectividad». Sin embargo, el distrito de Mbaracayú seguía estando rezagado en comparación con otras localidades cercanas, y los residentes anhelaban una solución definitiva. Hoy, esa solución parece estar más cerca que nunca gracias al proyecto vial que avanza a buen ritmo. «Es una obra de 61 kilómetros que está beneficiando a todos. La velocidad con la que avanza nos tiene muy contentos, luego de muchos años de espera», destacó.
INVERSIÓN Y EMPLEO
La región de Mbaracayú está dedicada en gran parte a la producción de granos, y las nuevas rutas facilitarán el transporte de estos productos, conectando mejor a los agricultores con los mercados nacionales e internacionales. «Con los caminos de asfalto y empedrados, más empresas van a querer venir a invertir en la ciudad y generar empleo», aseguró Castelli. Aunque el impacto económico aún no se siente plenamente, la expectativa entre los habitantes es grande.
En el pasado, la falta de infraestructura adecuada había desalentado a posibles inversionistas. «Escuchábamos que algunas empresas querían venir a Mbaracayú, pero al no tener un camino de todo tiempo, no se animaban», explicó Castelli. Hoy, con la pavimentación en marcha, los residentes esperan que la obra dinamice la inversión privada y contribuya a la generación de empleo en la zona.
MANO DE OBRA LOCAL
Castelli explicó que la población local no es suficiente para cubrir todas las demandas laborales que surgen de la construcción de la ruta, por lo que muchas de las personas empleadas en las obras llegaron de otras ciudades. «Es muy diversificado. Hay algunas personas locales contratadas, pero no tenemos tanta población capacitada para operar las maquinarias», comentó.
El proyecto vial, que se ejecuta en dos lotes, tiene como objetivo integrar el distrito de Mbaracayú y toda su área de influencia directa con el resto del país y Brasil. El Lote 1, que abarca desde el kilómetro 0 hasta el 27, está a cargo de la empresa Benito Roggio e Hijos S.A., bajo la fiscalización del Consorcio Grimaux – Electroconsult. Por su parte, el Lote 2, que cubre desde el kilómetro 27 hasta el 60,3, es responsabilidad de la empresa LT S.A. Ambas compañías están trabajando en la pavimentación de una obra que promete mejorar la calidad de vida de los habitantes y facilitar el transporte de bienes y personas.
