Controvertida y denigrante, podrían ser calificativos correctos, pero cortos, para comenzar a definir a los principales actores de la política paraguaya, que a cada tanto resaltan por inconductas y verborragias.
Los escándalos legislativos, por avalar corrupciones y fortalecer impunidades, forman parte no solo del presente Congreso Nacional, sino desde antaño.
Como si no faltase por qué resaltar dentro de lo que no suma para cuestiones útiles, ahora el chismerío se esparce desde intendencias hasta el Senado, siendo lo más “relevante” de labores legislativas el destape de colocación de chongos en espacios públicos, celos, infidelidades y revanchismo.
Por más absurdo que parezca, estos asuntos de índole informal y de desviaciones, provienen de “honorables” representantes del pueblo.
Cuando se supera el margen de la intimidad para aspectos inmorales y se lleva resentimientos a labores institucionales, se cae en el desperdicio del dinero ciudadano creando mediocridades para beneficio de mentes enfermas.
Muchos diputados y senadores, que aparecen en los medios como grandes señores y señoras, defensores de la moral y las buenas costumbres, críticos de vicios inmundos, paladines de la justicia, no son más que artistas criticando propios vicios.
De la misma forma, utilizar medios de comunicación, para propalar defensas, denigrando a otros, es mariconada digna de recibir infidelidades mencionadas.
En el Congreso no solo sobresalen elocuentes para presentar proyectos legales o defender a correligionarios, sino para el lenocinio indisimulado que va desde el masaje cariñoso hasta el tradicional tesapo´ẽ. Y no solo para lo relacionado en coincidir con gustos sexuales, sino para negociados, zoquetes y lucro indebido.
Pero, ¿qué esperar de personas cuya mayor cualidad es comprar espacios para pugnar por bancas, bravuconear, hacer tiktok o haber sido participante de reality show?
Un mejunje improductivo lastimero.
En los legislativos, en el Ejecutivo, en el Judicial abundan pestilencias, pues los expositores carecen de altura intelectual e integridad, siendo guías de acciones la codicia.
Y como está visto, no es privativo solo de rojos y azules, también los de otros colores e ideologías pugnan por la repartija del dinero público, y hasta por favores sexuales.
Lo coincidencia entre actores políticos no precisamente es hacia lo necesario para crear menores desigualdades entre paraguayos y paraguayas, y buscar dar respuestas a las principales inquietudes sociales.
La incoherencia, y la desvergüenza siguen siendo características de diputados y senadores.
La población no puede ser solo observadora de tristes espectáculos por la inconducta de sus representantes, por lo que debe exigir que se deje de lado el vyrorei y se asuma el cumplimiento de obligaciones juradas y de alto salario.
Los bufones en celo dejaron de causar gracia.