
Comerciantes, vendedores y usuarios del Mercado de Municipal de Abasto de Ciudad del Este, coincidieron en manifestar que el centro comercial se convirtió en un antro de corrupción, donde los administradores del sitio, en contubernio con el intendente Miguel Prieto, cada vez más están aniquilando el lugar. Los baños se convirtieron en garitas, las recaudaciones no se declaran en su totalidad y los marginados y viciosos copan el centro de compras popular.
El vale todo es la única regla que prevalece en el popular centro de compras de CDE, donde todo se juega “al mejor postor”. De acuerdo a versiones de los comerciantes, el monto que se recauda en concepto de tasas e impuestos no se ve reflejado en el sitio, ya que no se observan mejoras desde que asumió Miguel Prieto. Se sospecha que lo recaudado en concepto de impuestos y tasas no se declara en su totalidad en las arcas municipales, lo que imposibilita llevar adelante un proceso de transformación efectiva, acorde a los nuevos tiempos y en respuestas a las demandas ciudadanas en dicho lugar.
Otro foco de corrupción son los sanitarios que fueron readecuados con la intención de ofrecer comodidad a los usuarios, pero que en realidad sirven como garitas de juegos de azar clandestinos. De acuerdo a los datos, los allegados al clan Prieto son los únicos beneficiados de esta abierta irregularidad. Sin embargo, a nadie parece interesarle lo sucedido en este lugar, denotando que todo sigue igual que en administraciones municipales anteriores lideradas por el Clan ZI.
De acuerdo a los comentarios de algunos clientes del lugar, solo hubo cambios de nombres en la administración municipal, ya que las viejas prácticas que afectan directamente a los contribuyentes siguen tan intactas e impunes. Los comerciantes del lugar exigen que la municipalidad encare proyectos serios, de modo a atraer la atención de potenciales clientes. Sin embargo, todo apunta que no se readecue la estructura del Mercado de Abasto, debido a la inacción del ejecutivo municipal.
Los comerciantes nada saben del proyecto de construcción de un estacionamiento que supuestamente se levantaría en una parte de la plaza que se encuentra al costado del centro comercial. Al parecer, el dinero destinado para el efecto fue a parar en otros bolsillos, según los mismos. A esta situación se debe sumar el problema que causan los adictos que pululan en el sitio y que adoptaron al Mercado de Abasto como su hogar, sin que el municipio haga nada al respecto. En tal carácter, los comerciantes no encontraron otro mejor nombre con que denominar a dicho sitio de compras, al que bautizaron como “tierra de nadie”.