Otro de los graves problemas en la zona es la pequeña pasarela que une a los barrios Belén y Che La Reina, cuya improvisada estructura conformada por varillas de hierro, retazos de tablas y piolines que funcionan de agarraderos, es utilizada por una gran cantidad de trabajadores y estudiantes de la escuela San Dionisio, que sin medir el peligro cruzan el puente como una aventura.
Los más pequeños son quienes corren mayor riesgo, ya que las aberturas entre una tabla y otra son considerables, donde fácilmente podrían caer y ser arrastrados por las corrientes que son más fuertes y peligrosas en los días de lluvia.
Los cables colocados como agarraderos sirven para “equilibrarse” o atarse al tiempo del cruzar, pero ante un descuido o un movimiento brusco, podría resultar hasta fatal. “Las autoridades conocen, saben de esta situación que conocieron durante las campañas políticas, donde prometieron una estructura de material, digno y seguro, pero pasan los años y esto se vuelve cada vez más peligroso”, indicó uno de los moradores.
Si bien en las últimas semanas se autorizaron varias licitaciones para obras, el “puente” en cuestión no figura en ninguna de ellas, por lo que las condiciones tienden a ser peores.
Según informaciones proveídas por los vecinos, ya se habría realizado un estudio del área, que indica una inversión de aproximadamente G. 40 millones para construir una estructura modesta pero segura y cómoda, garantizando la integridad de todos los pobladores de ese sector.