
El bullying o acoso escolar está en aumento. Las víctimas sufren agresiones físicas, verbales, sociales o incluso cibernéticas. Este comportamiento puede afectar profundamente la autoestima, el bienestar emocional y el rendimiento académico de los afectados. Docentes y familias deben trabajar principalmente en la prevención. La comunicación nutrida en valores, es el camino.
Hasta hace unos años, estos casos, eran vistos como unos incidentes, pero en la actualidad el bulliyng está en aumento. El acoso escolar en el caso de los niños tiende a agresiones físicas, en el caso de las niñas, la agresión es psicológica, explica la Prof. Dra. Verónica Lezcano Páez, directora del Instituto de Formación Docente del Centro Regional de Educación de Ciudad del Este.
“Es como un patrón de comportamiento, ya no incidentes, es como una constante. Es parte de las reacciones populares. Sin embargo, tenemos que trabajar antes que eso se vuelva en acoso. Porque es acoso cuando la acción de agredir es repetitiva”.

NORMAS DE CONVIVENCIA
Cuando un alumno o alumna recibe constantemente agresiones, eso se debe atender a tiempo, antes que la situación se agrave, sugirió. “Se sabe cuándo es algo circunstancial nomás, pero es diferente la acción repetitiva. Si el niño no cuenta, se vuelve algo asiduo, es un acoso escolar, que en un momento dado explota”, explica la docente.
La familia y los docentes deben tener conocimiento del hecho lo cuanto antes para realizar un abordaje adecuado. “Ante una situación que le afecte emocional o físicamente a un alumno, la primera persona que debe saber esto a parte de sus padres, es la maestra o el maestro. El que generará las condiciones para que se le respete al alumno, como la persona que es”.
La prevención es la clave y para lograr se debe hacer uso de las normas de convivencia aprobadas por las instancias pertinentes del Ministerio de Educación, desde las primeras semanas de clase. El abordaje sobre valores, respetar a los compañeros tal como son, debe ser una constante en las escuelas y en las familias, enfatizó. “Las normas de convivencia se deben tratar todos los días, no sólo cuando sucede un hecho, es lo que va a orientar la conducta que tenemos que tener, tanto maestros como alumnos”.
NIÑOS ACOSADOS, CAMBIOS EN SU COMPORTAMIENTO
Las víctimas de acoso escolar por lo general no revelan la situación por la que está atravesando, debido a las amenazas que recibe de su agresor o agresores. No obstante, hay varias señales que dan la pauta de que está sufriendo bullying y la familia debe estar atenta.
“Cuando un niño es víctima de acoso escolar se puede percibir. A veces se dice, ‘él es nomás luego callado’, pero si la maestra ya le dio toda la posibilidad para que él comente lo que le sucede, sin embargo, él no habla, entonces debe observarle más sistemáticamente a ese alumno. Y mayor cuidado durante el receso, ya que, por lo general en ese lapso los afectados sufren los ataques”.
La educadora citó aspectos que deben llamar la atención como. “No quiere ir más a la escuela, no quiere hacer nada de la escuela, sus necesidades fisiológicas pueden hacerse sobre sí mismo dependiendo del grado de acoso en el que se encuentre, el cambio en el rendimiento académico, la pérdida de la autoestima. Pero la pérdida de las ganas de ir a la escuela, es lo que debe llamarnos muchísimo la atención a los padres”.
Algunos cambios pueden ser del área de la salud mental, es decir, los afectados pueden desarrollar también trastornos de ansiedad o depresión.
TRATAR A AMBOS, ACOSADO Y AGRESOR
Analizando las consecuencias del acoso escolar, tenemos por un lado al agresor, que con el tiempo cree ganar poder. “El agresor cuanto más le intimida al compañero, se cree con mayor poderío. Más gente le tiene miedo y hace que otros compañeros busquen su protección, porque él es el que domina la situación”.
En tanto, el acosado está inmerso en una condición de vulnerabilidad. “Va sintiéndose cada vez más vulnerable. Se siente en baja en todo, no demuestra interés por nada, no se alimenta adecuadamente y tiene miedo de ir a la escuela. Se aísla de todo, ni juega más con su pelota”.
En este marco, es imperiosa la necesidad de tratar a ambos y de contar con más psicólogos en los entes educativos. “Necesitan de terapias con psicólogos. Los maestros si bien conocen un poco del área, no tienen las herramientas suficientes para poder sacar todo lo que le duele al niño, en el caso del acosado, y en cuanto al agresor, para entender, llegar a la raíz, de qué es lo que le conduce a actuar así para poder tratarlo”.
BRINDAR UN ENTORNO SEGURO
Dar énfasis a una buena comunicación es fundamental para que menores afectados por el acoso, puedan revelar el hecho. “Se debe brindar seguridad, tener una buena comunicación para que ellos cuenten lo que están sufriendo. Fomentar la empatía y el respeto”.
CAMBIO DE AMBIENTE
Cuando ocurren casos severos, como agresiones de consideración, se procede a tomar medidas en la institución. “Cambio de ambiente del agresor es lo que se recomienda o quizás también a la víctima si así lo desea. Eso sería un cambio de turno”.
EL BULLYING Y LA ERA DIGITAL
Hay palabras que los menores no deben usar aun, pero están expuestos en la era digital y es deber de los padres monitorear constantemente lo que consume su hijo a través de las redes. “Eliminen los grupos de Whatsapp en donde ustedes ven que hay mucha negatividad, porque esas palabras les van a afectar. Hacer el seguimiento de con quiénes hablan y qué temas tratan sus hijos, es demasiado importante”.
El 2 de mayo se celebró el Día Internacional Contra el Bullying, con el objetivo de concienciar sobre el riesgo del acoso escolar en los niños y jóvenes a nivel mundial, así como buscar los mecanismos para evitar este mal.