En un hecho inusual, la presidente de la Junta Departamental del Alto Paraná, Carolina Rivas (ANR), prohibió a los comunicadores de diferentes medios de comunicación, que suelen realizar coberturas en el lugar, ingresar a la sala de sesiones donde se estaba llevando a cabo la reunión ordinaria del cuerpo colegiado.
Argumentó que, debido al reducido espacio físico del sitio, no se permitiría el ingreso de más personas, por lo que invitó a los trabajadores de prensa a abandonar el lugar. Los periodistas se trasladaron al recinto asambleario debido a que se escuchaba con mucha dificultad lo que decían los concejales, por lo que decidieron ingresar a la sala, donde fueron diplomáticamente expulsados del lugar por Rivas.
De todos modos, los periodistas se ingeniaron para seguir transmitiendo la sesión. La postura asumida por Rivas atenta contra el derecho que tiene la ciudadanía de informarse de las determinaciones que toman las autoridades del departamento. Lamentablemente, Rivas no entendió así y expulsó a los trabajadores de medios de comunicación, pese a que ya fue concejal en el periodo anterior. La misma debió entender el trabajo de los trabajadores de prensa, pero primó más en ella su dictadora personalidad, antes que una funcionaria pública que se debe a toda la ciudadanía altoparanaense.