Está bien que se construyan lomadas inclusive frente a escuelas y colegios, sin duda alguna; lo que pasa es que la ejecución de los trabajos es exageradamente lenta y obstaculiza el tránsito, ya de por sí caótico, haciendo que calles importantes queden por semanas sin poder ser transitadas. Además, la señalización de las obras es pésima y muchos ya reventaron sus vehículos. ¡Pea la problema hina!
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¡Cuándo los intendentes van a aprender que las obras en escuelas y colegios son urgentes! Ahora por ejemplo trascendió que en Mallorquín se debían realizar trabajos en el colegio Mcal. López, y que debían arrancar en la primera semana de enero. Pero como los muchachos estaban de vacaciones, recién ahora, con un mes de atraso, se dignaron a empezar. ¿Para qué pio se comprometen si no van a poder cumplir en tiempo y forma? ¡Inútiles!
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Eso de que “vamos a estar mejor” ya suena a burla, realmente. ¿Cómo es posible que los hospitales públicos ni siquiera cuenten con ambulancias para transportar a los enfermos? Un médico admitió “off the record” que ya se perdieron muchas vidas debido a esta situación, pero las autoridades sanitarias de la capital están “en otra cosa”. ¡Lamentable!
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Ya falta poco para el inicio de las clases y el arranque del famoso programa “Hambre Cero”; veremos si realmente llega a 1 millón de niños paraguayos, como se anunció, o si empezaremos el año con plagueos sobre atrasos, alimentos en mal estado, etc., etc., a lo que nos tienen tan acostumbrados los políticos. Ojalá que, por el bien de los niños, todo resulte un éxito desde el día uno. ¡Soñar no cuesta nada!
