Terrible y vergonzosa la situación de Yguazú, en donde los moradores soportaron durante más de un año el “reinado del terror” de una banda criminal, que asaltaba y violaba sin piedad a sus víctimas, en su mayoría colonos descendientes de japoneses. La colonia era prácticamente una “zona liberada” hasta el viernes, según afirmaron representantes de los colonos. ¡País de maravillas!
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Lo peor es que se hicieron todas las denuncias, pero en la Policía nadie les daba bola. Si bien la comisión de seguridad de Yguazú apoyaba con combustible, comunicación y otros a los uniformados, éstos se hacían los ñembota y permitían a los malvivientes seguir operando a sus anchas. ¡Así ya no da, señores!
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En Hernandarias sucede de todo; mientras el intendente Cano está en el vyroreí y ni siquiera se preocupa en pagar el salario a sus funcionarios, casi el 90% del transporte escolar que circula por la ciudad es “mau”, arriesgando a los niños al operar de manera ilegal, sin cumplir las exigencias en cuanto a seguridad. Después, si ocurre alguna desgracia, Cano será el primero en lavarse las manos. ¡Inoperante!
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La gente se pregunta cuándo “Landy” presentará los resultados de la auditoría realizada en la Gobernación, tras la salida del impresentable González Vaesken. ¿O acaso no encontraron irregularidades, pese a todas las denuncias que se hicieron? Eso sí que sería raro, aunque en este bendito país, toooodo es posible. ¡Viva la Pepa!
