Si bien hay un copamiento generalizado de parte del Cartismo en todas las esferas del gobierno, se ve que la presión ciudadana sirve para evitar que hagan lo que quieran. A regañadientes y en medio de fuertes peleas internas, tuvieron que desistir del auto aumentazo que ya lo daban por seguro. ¡Bien hecho!
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En un país donde el salario mínimo es una miseria, donde docentes y médicos viven angustiados y ganan poco, donde hay un 30% de pobres que no saben si tendrán comida para el día siguiente, no es ético ni tolerable que los políticos, improductivos y corruptos en su gran mayoría, estén ganando millonadas, enriqueciéndose con el dinero aportado por el contribuyente. ¡Yapoína!
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En los discursos, decían que la “salud pública era una prioridad” y que cuando iban a asumir, las cosas cambiarían. De hecho, cambiaron, ¡pero para peor! De otra forma, no se explica el plagueo diario de la gente en los hospitales, abarrotados de gente que no consigue turno, ni medicamentos, ni nada. En tanto, los políticos sólo se preocupan en aumentarse los sueldos. ¡Sinvergüenzas!
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Suman y siguen los hechos delictivos; asaltaron al administrador de un casino y robaron unos 300 millones de guaraníes, en un atraco bien planificado por una gavilla del tipo “comando”. En tanto, el ministro Riera sigue hablando bueyes perdidos y los inoperantes jefes policiales de Alto Paraná se mantienen felices en sus cargos. ¡Vyropáma voi ningo!