Espectacular la “defensa” del intendente Roque Godoy a su hijo planillero Elías; dice Roque que su pimpollo “no se animó” ndaje a renunciar, porque tiene miedo de quedar sin trabajo. Pobrecito angá el muchacho, tan joven, todavía siquiera tiene estudio universitario, pero él ya tiene miedo de quedar sin laburo y morir de hambre. El cinismo de esta gente no tiene límites.
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Sin embargo, pese a las fuertes críticas, el clan Godoy Torres parece estar bastante tranquilo y convencido de que al final, todas las denuncias, acusaciones e investigaciones, no llevarán a nada. De hecho, hace dos años hay un pedido de intervención que “duerme” en los archivos de la Contraloría. Presuntamente, los libero-cartistas, como el pe$o pe$ado Dionisio Amarilla, se encargaron que el pedido no proceda nunca. ¡Así se manejan estos politiqueros, una mano negra lava la otra!
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Mientras en el Congreso están muy ocupados comprando supercomputadoras y sillones extra confortables, las escuelas se caen a pedazos y pacientes oncológicos, que están entre la vida y la muerte por el maldito cáncer, deben esperar durante meses por realizarse sus cirugías, por falta de quirófanos, insumos y personal médico. Esa es la triste realidad en el país, unos “se ahogan” en lujos y los otros luchan desesperados por sus vidas. ¡Tres hurras!
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Terrible la inseguridad en la zona; las gavillas armadas siguen perpetrando atracos a diestra y siniestra, mientras el ministro Riera está de vacaciones y el comandante Benítez parece estar totalmente perdido en el cargo. Ivaí la porte en Alto Paraná, algo hay que hacer porque la situación ya resulta insostenible. ¡No podemos seguir así, señores!