El anuncio de finalizar el contrato de las personas que pasaron el Proceso de Selección Externa (PSE) “destruyó” a 185 jóvenes que lograron cumplir el sueño de todo paraguayo: trabajar en la Itaipu. Ante esta situación, conversamos con Monserrath Miranda, Kerlin Acosta y Gianina Martínez, sobre el impacto que genera la decisión de la entidad. Las jóvenes calificaron de “injusta” la determinación, pues lo dejaron todo para prepararse y, consecuentemente, formar parte del plantel de funcionarios de la Binacional.
Muchos llegaron desde puntos lejanos a la ciudad de Hernandarias, donde está afincada la Entidad. Este es el caso de Montserrath Miranda, una joven que llegó al Alto Paraná oriunda de la ciudad de Santa María de Fe, Misiones.
La joven llegó hace cuatro a Ciudad del Este gracias a una beca universitaria, precisamente, otorgada por la Itaipu Binacional. Se encuentra en el último tramo de su formación profesional y, en su tercer intento de ingresar, el sueño se cumplió.
Pero, para cumplirlo debía renunciar a la beca, implicando que se tenga que hacer cargo de los gastos de su último año. Ahora, Montse quedó sin la beca y sin el trabajo. Ingresó en el cargo de gestora de materiales.
VENDEDORES DE ROPA Y YUYOS
Kelin Acosta, nacida y formada en Ciudad del Este, es una de los claros ejemplos de superación para formarse como profesional y lograr un puesto en la Binacional. “Soy hija de mercaderos, mi mamá tiene una tienda de ropas. Mi papá vende yuyos y estaciona vehículos y con eso vivimos”, relató la joven.
Tiene el título de Bioquímica, además de haber pasado por cursos, talleres y otras formaciones extras para sumar conocimientos en su área. Logró el puesto entre 217 postulantes para el cargo de Especialista en Gestión de Aplicaciones de Salud. “Hoy queremos una explicación, queremos saber el porqué, si realmente existe esa auditoría y cuáles son las irregularidades”, apuntó.
OPORTUNIDADES
Uno de los relatos más duros a los que accedió el equipo periodístico es el de Gianina Martínez. Una de las seis mujeres que ingresó como Guardia de Seguridad, la primera camada femenina dentro de la Binacional. Para ello tuvo que pasar no solo por el examen escrito, sino también por una prueba física hecha en Asunción, una prueba de manejo, examen psicotécnico, prueba médica y la entrevista final.
La joven es hija de una docente y un constructor, quienes tuvieron oportunidades limitadas para ofrecer a la mayor de sus tres hijas, pero, la más importante fue la de no rendirse nunca y aprovechar cada una de ellas. “Tengo hermana pequeña, si mis padres no tuvieron oportunidad de darme lo mejor, quiero ser la hermana que pueda dar la oportunidad a mis hermanas. Fue como que por fin podré ayudarle a mi familia”, confesó con la voz quebrada.
