La paz y la tranquilidad de los vecinos de la zona conocida como fracción La Rotonda del km 4 de CDE, se vio alterada hace un mes con la llegada de nuevos moradores en una de las casas ubicadas sobre la Av. Las Tortolas, que trajeron consigo a cerca de 60 perros rescatados y gatos comprados. El olor que expide el lugar y los ladridos de los canes, hacen que la convivencia sea insostenible. Los mismos habrían tenido el mismo inconveniente en el barrio San Isidro, de donde salieron ante las reiteradas quejas y denuncias de sus ex vecinos. Lo llamativo del caso es que los animales observados en el lugar son de razas y según la propia dueña, no están en adopción.
La residencia ubicada en las inmediaciones del km 4 de Ciudad del Este se transformó en una especie de albergue de perros y gatos, generando malestar entre los vecinos, quienes deben soportar el olor característico que expiden los lugares donde se aglomera gran cantidad de animales. Además de ello, el ladrido de los canes perturba la paz de los vecinos todo el día, incluso durante la madrugada. Pese a que no existe una ordenanza que limite la cantidad de animales domésticos que se puede tener en una residencia, las autoridades pertinentes deberían tomar cartas en el asunto.
Alcaria Olmedo, que vive en el lugar hace 40 años y tiene su casa pegada a la vivienda en cuestión, comentó que hace un mes los nuevos vecinos se mudaron y paulatinamente comenzaron a traer a los perros y gatos al hogar, para luego transformarse en una verdadera pesadilla. “El olor no se puede aguantar, ellos hacen la limpieza correcta, no es un lugar sucio, al menos por lo que se ve desde afuera, pero el olor que expiden los lugares que tienen muchos animales es insoportable, no podemos salir al patio e incluso invade nuestra casa. Ni hablar del ruido, los perros ladran por naturaleza, pero nuestra paz se ve alterada, a veces de madrugada todos se ponen a ladrar y es una locura, no podemos descansar y mucho menos dormir”, explicó.
La mujer, ya de la tercera edad, se encuentra en pleno tratamiento de quimioterapia, lo que vuelve la situación aún más grave, atendiendo que requiere de reposo y ciertos cuidados. “La recolección de basura se realiza tres veces por semana, pero basta un día para que la basura del lugar se acumule y genere un olor nauseabundo y se llene de moscas. No estamos en contra de los animales, pero este no es el lugar adecuado”, indicó.
Por su parte la señora Malena, otra de las vecinas, indicó que la intención no es crear problemas ni realizar nada en contra los animales, sino que proteger el derecho de las personas que residen en la zona. “Desde el primer momento que se mudaron vimos que estos dos perros enormes quedaron en un lugar aparte, creímos que era algo momentáneo y luego le llevarían al patio, pero con el tiempo sólo traían más animales. Estos perros se llegan a escapar y con certeza le hará daño a alguien, atendiendo que están encerrados todo el día, sin realizar ninguna actividad y con el stress altísimo. Estamos dispuestos a ayudarle a disminuir la cantidad de animales iniciando campañas de adopción, pero al final nos dice que tampoco están disponible para ese efecto. Podemos ayudar a buscar un lugar más adecuado para esto”, refirió, asegurando que es la primera vez que logran hablar con la supuesta dueña, quien ante la presencia de los medios realizó una videollamada a través de su hija.
La situación ya fue comunicada al departamento de salubridad e higiene de la Municipalidad de CDE, cuyos funcionarios visitaron el lugar e indicaron que todos los animales cuentan con los documentos y que poco o nada pueden hacer porque no existe una ordenanza que limite la cantidad de animales domésticos que se pueda tener. Así también, el Ministerio Público ya está al tanto de la situación y se espera que tome acciones al respecto, atendiendo que a pesar de las buenas intenciones que argumenta la dueña, esto atenta contra todo un vecindario.