La hipertensión arterial es una de las enfermedades provocadas por el consumo excesivo de la sal. El sodio se encuentra en la leche, huevos, carnes, vegetales y, en mayor cantidad, en los alimentos procesados como salsas, embutidos, cubos de caldo, mayonesa, kétchup, pickles, papas fritas, manteca, margarina, gaseosas, entre otros.
El exceso de sal puede generar consecuencias a la salud de las personas, por lo que el Ministerio de Salud Pública insta a tomar conciencia sobre la importancia de reducir su consumo. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es ingerir hasta 5 gramos diarios, es decir, una cucharadita de sal yodada al día.
Esta recomendación es para personas sin antecedentes de hipertensión arterial y debe ser distribuida en todas las comidas, incluida la sal contenida en los alimentos como panificados y enlatados. Para aportar sabor a las comidas se puede reemplazar la sal y los cubitos de caldo por hierbas frescas, ajo, orégano, laurel, romero y limón.
El sodio no solo se encuentra en la sal de mesa, sino también, de forma natural, en una gran variedad de alimentos como leche, huevos, carnes, vegetales y, en mayor cantidad, en los alimentos procesados tales como salsas, embutidos, cubos de caldo, mayonesa, kétchup, pickles, papas fritas, manteca, margarina, gaseosas, entre otros.
La hipertensión arterial es una condición que constituye el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares. También es conocida como “presión alta”, se caracteriza por la elevación persistente de la presión arterial a cifras mayores o iguales a 140/90 mmHg.
Esta enfermedad es hereditaria, puede aparecer a cualquier edad y afectar a varios órganos. La aparición de esta patología se debe principalmente a la mala alimentación, el sedentarismo, la obesidad y al consumo de tabaco y alcohol.