Una banda bien organizada de robacoches estaría operando en la capital departamental, bajo la atenta mirada de las autoridades que hacen caso omiso a los hechos. El grupo criminal estaría actuando a nivel internacional debido al nulo control en Paraguay y Brasil. En los últimos días aumentaron las denuncias de robos de automóviles y camionetas de alta gama en el Alto Paraná y en el lado brasileño. El Dpto. de Control de Automotores, encargado de investigar las denuncias, nunca aparece y tampoco se ve resultados en los trabajos que realiza.
El fin de semana fueron denunciados el robo de dos lujosas camionetas y todo indica que los autores serían integrantes de una red de robacoches que actúa impunemente. Uno de los robos se reportó a las de las 23:30 del sábado. La víctima Diego González Gamarra (28) estacionó su camioneta Toyota Fortuner blanca, en inmediaciones del Sanatorio del Parque, para ingresar al centro asistencial a realizar algunos trámites. Cuando regresó para abordar su vehículo se percató que fue hurtado. Desesperado, buscó ayuda por todos lados, pero todo fue en vano hasta el momento.
Menos de 24 horas después, el domingo a las 18:20 se denunció otro caso sobre la avenida Itaipu Oeste de Ciudad del Este. La víctima Vetner Atilio López Ayala (49) estacionó su camioneta Toyota Hilux gris, al costado de la calle e ingresó a la vivienda de un amigo que reside a pocos metros de la sede del Ministerio Público. Cinco minutos después volvió a salir y ya no encontró su vehículo. A pesar de que en las inmediaciones hay varias cámaras de circuito cerrado, hasta el momento nada se sabe de los autores.
Con relación a este hecho, personal de los Dptos. de Automotores y de Investigación de Delitos trabajan en el caso. Según los datos, 2 a 3 vehículos son robados semanalmente en el departamento.
¿INUTILIDAD O COMPLICIDAD?
Los delincuentes ya dejaron innumerables víctimas a largo de este año, pero llamativamente ninguna denuncia de robo fue aclarada por los agentes del Dpto. de Control de Automotores, que al parecer no mueven un dedo para llegar a los robacoches. Existe una gran desconfianza ciudadana de que los delincuentes cuentan con el famoso “permiso” de los uniformados para operar.
