
Un arma de fuego que fue incautada como evidencias de un caso de violencia familiar fue hurtada del propio despacho de la unidad especializada que investiga el caso y fue cambiada por una pistola de juguete. El llamativo hecho fue denunciado el pasado 7 de enero por la fiscal Estela Marys Ramírez, que puso a disposición su oficina para lograr esclarecer el caso e identificar a los responsables que se sospecha que serían los propios funcionarios.
Tras la denuncia, la investigación del caso quedó a cargo de la fiscal Carolina Gadea, quien realizará varias diligencias en busca de recuperar la importante evidencia incautada en el marco de un hecho de violencia familiar ocurrido el pasado 14 de octubre en el km 9 Acaray. La causa involucra al brasileño Thiago Henric Días Campos, que incluso había amenazado a la Fiscalía porque supuestamente sería integrante de la organización criminal PCC.
Además del Ministerio Público, un grupo de agentes de Investigación de Delitos realizan las pesquisas para reunir elementos que puedan dar pistas de la persona que sustrajo el arma que estaba guardada en uno de los escritorios de la unidad fiscal especializada de lucha contra la violencia.
Dentro de la oficina no se cuenta con circuito cerrado, pero sí en las inmediaciones, cuyas imágenes serán analizadas para ver quién ingresó o salió del lugar en los días previos del hurto. Los asistentes fiscales serán llamados a declarar para obtener las versiones de como se pudo sustraer y cambiar las evidencias con total tranquilidad.