
Siguen y suman los reclamos de los vecinos del barrio Don Bosco sobre los efectos que produce la cantera Acaray en un sector del barrio. En la víspera publicábamos que alrededor de 1.000 a 1.200 viviendas ya fueron directamente afectadas con las explosiones.
Los fuertes temblores y las intensas vibraciones generan rajaduras y fisuras en las estructuras como paredes, pisos y techos. A todo eso se suma el fuerte estruendo de los explosivos, que según las denuncias, son cada vez más intensos.
Marta Allende se sumó a los reclamos de los vecinos sobre los inconvenientes generados por la cantera Acaray, situada en el límite entre CDE y Hernandarias. La misma explicó que recién ahora que el caso salió a luz a través de los medios, los moradores de la zona se animan a hacer las denuncias y elevar su voz de protesta, como una medida desesperada por llamar la atención de las autoridades pertinentes.
La misma comentó que pese a la presentación de varias notas a las instituciones pertinentes, no han tenido respuestas. Dijo que los vecinos permanecen unidos con el objetivo de que intervengan el lugar a fin de mermar el impacto que se genera diariamente. “Estoy a tres cuadras de la avenida Perú y aquí el sonido es terrible, el temblor cada día es más intenso y ni hablar de lo que sufren los vecinos que están más cerca. Mucha gente tiene miedo de reclamar y prefiere sufrir diariamente con esta situación, pero gracias a que la prensa se está haciendo eco de nuestros reclamos, cada día se suman más personas afectadas”, indicó a través de un contacto con el programa Tarde Clave de la 103.9.
La mujer señaló que esperan que tras darse a conocer la crítica situación de algunas viviendas cuyas estructuras ya están prácticamente comprometidas, las denuncias en las instituciones por lo menos sean tenidas en cuenta, más aún cuando en varias de las casas afectadas residen adultos mayores con problemas de salud. “En mi hogar el efecto es terrible, más aun teniendo en cuenta que tenemos un paciente en cama y los estruendos le afectan de forma considerable, se altera completamente”, comentó.
Finalizó la entrevista reiterando que esperan alguna solución al problema, afirmando que no piden el cierre del lugar sino un punto intermedio. “Esperamos que al hacerse público el caso se tome carta en el asunto, porque sabemos que a los pobres nadie les hace caso. En esta zona hay mucha gente carenciada y sus casas también son muy afectadas, principalmente las que lindan con la zona del río Acaray”, finalizó.