Son sucesivas las denuncias en contra del local Fortis Mayorista por la venta de alimentos en mal estado, sin que la oficina de Defensa del Consumidor de Ciudad del Este y la Secretaría de Defensa del Consumidor y Usuario (Sedeco) hagan algo al respecto. Hace algunos días una mujer compró carne envasada y se llevó una desagradable sorpresa al llegar a su casa, al percatarse que el producto estaba en descomposición.
La carne descompuesta estaba en oferta en el supermercado que pertenece al Grupo Cogorno y la señora compró el alimento para ir a preparar el almuerzo del día, pero cuando llegó a su casa se percató que la carne estaba podrida y que expedía un olor nauseabundo. Obviamente, el corte no estaba apto para el consumo humano. La afectada fue a reclamar y una funcionaria le habría respondido de mala manera.
Otras personas también fueron al local comercial y compraron carne de cerdo envasada que estaba en oferta, pero también se percataron que los cortes estaban podridos, pese a que supuestamente deberían vencer recién a finales del mes de octubre. Muchas personas que quisieron aprovechar la oferta perdieron su dinero, ya que era imposible consumir un alimento en ese estado.
No es la primera vez que Fortis Mayorista tiene denuncias por comercializar alimentos vencidos, pero hasta el momento ningún organismo competente tomó las medidas correctivas. La comuna nunca fue a intervenir o revisar de oficio las góndolas del local, pese a los reclamos de los clientes y de atentar contra la salud de los mismos.
Los directivos de la firma no dan la cara ante las graves irregularidades y son los funcionarios de menor rango quienes salen a hablar con los clientes defraudados. Como solución al problema acceden a la devolución del dinero o el cambio de la mercadería, siendo que el servicio que brindan se pone en tela de juicio y pierde credibilidad en el mercado.
SELECTIVOS A LA HORA DE VERIFICAR LOCALES
Es evidente que la oficina de Defensa del Consumidor de Ciudad del Este maneja conceptos muy diferentes para intervenir locales comerciales cuando hay denuncias de irregularidades. Los funcionarios suelen actuar con mucha rapidez cuando hay casos de estafas a turistas en el microcentro, donde los pseudos comerciantes no tienen nada que perder. Pero cuando se trata de intervenir en locales de grandes empresarios, la visión es distinta.
Los afectados con la compra de carne podrida hicieron saber a la oficina de Defensa del Consumidor sobre el caso y pidieron la intervención, ya que la carne de mala calidad estaba en oferta en la parte de envasados y más clientes se verían perjudicados en su economía y en su salud.
“Nos dijeron que primero debería ir la gente de Gestión Ambiental para que luego entre en acción la gente de Defensa del Consumidor. Yo no entendí eso. Les pedí más explicaciones y me dijeron que ese es el procedimiento”, dijo un familiar de la mujer que compró la carne podrida, cuya identidad omitimos a pedido de ellos.
Cuando se trata del microcentro, la oficina de Defensa del Consumidor de CDE actúa con una llamativa rapidez, pero también deja impunes a los comerciantes que asaltan a sus clientes, pues no hay un seguimiento para la clausura definitiva de los locales comerciales. Con este esquema queda en evidencia que la salud de la población es la que menos importa y que los comerciantes del rubro tienen carta blanca para presentar ofertas de productos en descomposición, pues las sanciones son letra muerta.