
En una reciente declaración, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que su administración discutió con Ucrania la posibilidad de ceder territorios a Rusia como parte de un acuerdo para poner fin al conflicto en curso. Durante una reunión en el Despacho Oval con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, Trump mencionó que se abordaron temas relacionados con qué partes del territorio ucraniano se mantendrían y cuáles se perderían en un eventual tratado de paz.
Estas conversaciones incluyen discusiones sobre infraestructuras estratégicas, como la planta eléctrica de Zaporiyia, actualmente bajo control ruso. Trump señaló que la primera fase de este proceso sería un alto el fuego de 30 días, al que Ucrania ya se mostró dispuesta, mientras que Rusia aún lo está considerando.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, propuso un «intercambio» de territorios con Rusia si Trump logra organizar negociaciones de paz. En una entrevista, Zelenski sugirió ceder las tierras que Ucrania controla en la región rusa de Kursk a cambio de recuperar territorios ocupados por Rusia.
Sin embargo, el Kremlin rechazó cualquier posibilidad de cesión territorial a Ucrania. El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, afirmó que los territorios en disputa son parte inalienable de Rusia según su Constitución y que no son objeto de debate.
Las declaraciones de Trump y las reacciones de las partes involucradas reflejan la complejidad y las tensiones persistentes en las negociaciones para resolver el conflicto entre Rusia y Ucrania.