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Un refugio de sabiduría: la tienda de libros antiguos de Juan Carlos Gómez

Juan Carlos Gómez Santacruz, en su sitio favorito. Atiende en su tienda de libros antiguos hace más de 30 años.

Un libro siempre será una buena compañía, no hay tecnología que la sustituya. Lo confirma todo aquel que ha pasado por el local de Juan Carlos Gómez, apasionado vendedor de libros antiguos, oficio al que se dedica hace más de 30 años. Un punto de encuentro donde las generaciones se entrelazan en busca del saber.

En cada rincón de la librería, Juan Carlos Gómez se ha dedicado a preservar la historia y el conocimiento, a través de más de 40 mil ejemplares. Emprendió en el oficio desde muy joven y cuenta con una distinguida colección que atrae a amantes de la lectura, con obras que abarcan desde historia, filosofía, economía, literatura y mucho más.

No solo es un local de ventas, sino un punto de encuentro donde las generaciones se hacen cita con sed de conocimientos. Juan Carlos comenta que comenzó su andanza en el mundo de los libros con un pequeño local. Un sueño que ha crecido a lo largo de las décadas. En su puesto, en Luis. A. de Herrera y EE.UU. de Asunción, ha resistido a distintas etapas difíciles.

OFICIO QUE LE DIO TODO

En sus estanterías se pueden encontrar verdaderas joyas literarias y de historia, algunos libros datan del año 1850 y cada uno de ellos cuenta una historia que va más allá de las páginas. Su pasión por los libros no solo le permitió trabajar motivado, sino que le posibilitó construir su casa y llevar el sostén de su familia con cuatro hijos.

“Este trabajo me dio todo, pude construir la casa, fue el sustento diario y costeó la educación de mis hijos hasta la universidad, también de mi esposa, que se graduó como abogada. Soy agradecido a Dios por bendecirme con este trabajo.

La magia de los libros antiguos, un viaje a través de la historia. Son más de 40 mil ejemplares.

TIEMPOS DORADOS

A lo largo de los años, su local se convirtió en un bullicioso centro cultural, especialmente durante los años dorados, cuando las revistas y los diarios atraían a un gran público diverso.  Rememoró los inicios, cuando no siempre todo se da de inmediato.

“Una época fue difícil, bueno, hay varias etapas que se deben saber sobrellevar. Yo necesitaba cubrir las deudas, entonces también subía a los buses a vender gaseosas. La gente me apreciaba mucho, porque veían como me esforzaba. Lo del periódico fue un regalo de Dios, el canillita de la zona consiguió otro trabajo y me encargó la distribución, en esa época salía muy bien y él ya tenía clientela formada también. Una inmensa gratitud”.

TIEMPOS DE PANDEMIA Y TECNOLOGÍA

La llegada de la pandemia y el avance de la tecnología han golpeado duramente su negocio. Hoy en día, Juan Carlos se encuentra solo al frente de su tienda, después de haber tenido dos funcionarios que lo ayudaban en tiempos más prósperos.

A pesar de la quietud comercial, su amor por los libros y su compromiso con su clientela lo mantienen en pie. “Siempre hay gente, un público fiel que sigue buscando el libro físico, de todas las edades, incluso muchos jóvenes, vienen a buscar libros no solo para complementar sus estudios, buscan porque tienen el hábito de leer”.

Distinguidas obras internacionales del año 1910, en 24 tomos.

No obstante, con certeza esta generación tiene otros métodos de lectura. “Los jóvenes prefieren la comodidad de las plataformas digitales, pero no por eso se resta importancia a la lectura. Sí, los tiempos cambiaron, pero seguimos aquí”.

Instó a habituar a los niños a la lectura desde la casa. “Todo comienza en la casa, si los padres narran cuentos a sus hijos, ese hábito va a adquirir el niño, siempre estará buscando leer. Además, fortalece el lazo entre padres e hijos y por siempre los hijos tendrán eso en su memoria”, reflexionó.

PÉRDIDA DE SERES QUERIDOS, REFUGIO CON LOS LIBROS

A lo largo de su trayectoria, Juan Carlos ha enfrentado momentos difíciles, como la pérdida de su hijo Gabriel y hace pocos años, la muerte de su esposa, quien batalló mucho contra una enfermedad. En esos tiempos oscuros, sus clientes se convirtieron en su apoyo.

“Recibí muchas llamadas de clientes preocupados y me apoyaron mucho. Eso me fortalecía en esos momentos duros. Mi gratitud a todas esas personas que no me han dejado cuando transitaba los días más difíciles de mi vida. Varios libros fueron mi refugio para sobrellevar esos días grises. Sin dudas, leer era un gran refugio, leer te transporta, te enseña”, cuenta.

La tienda es la favorita de muchos coleccionistas y amantes de un buen libro.

ANÉCDOTAS

La vida de Juan Carlos está llena de anécdotas entrañables. Conoce a muchos de sus clientes a más de 30 años y recientemente fue sorprendido por una clienta que le contó que, de niña venía a su tienda con su madre y ahora traía a su propia hija.

“Se me acercó me contó que antes venía con su mamá y ahora llega con su hija. Es realmente una inmensa satisfacción ser parte de estas historias. ‘Che mo pirimba’, como se dice”.

También menciona que, entre sus clientes, hay coleccionistas apasionados que siempre están en busca de más ejemplares. “Me esfuerzo para satisfacer sus demandas, yo sé la importancia que tiene para los coleccionistas cada obra que va a su estantería”.

Ha sembrado la misma pasión en dos de sus hijos, quienes ya cuentan con sus respectivas librerías, lo que le genera una inmensa felicidad. Con orgullo y gratitud este emprendedor celebra no solo su trayectoria, sino el legado familiar que continúa creciendo entre páginas, palabras y recuerdos.

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