
En una pequeña cocina de Ciudad del Este, donde el aroma a vainilla y mantequilla convive con los apuntes de una pauta radial, Guadalupe Snead reparte su tiempo entre dos mundos que parecen distintos, pero que para ella son parte de una misma historia. Comunicadora de profesión, pastelera por pasión, madre a tiempo completo y emprendedora por elección, y por instinto de supervivencia.
“Siempre me gustó la pastelería. Si bien la paciencia no es mi mayor virtud, es ahí donde la practico”, confiesa Guadalupe, mientras repasa los pedidos de su emprendimiento “Café con Leche y Miel”. El nombre, lejos de ser casual, es una metáfora del amor: Café por Alejandro, Leche por Bethania y Miel por Bruna, sus tres hijos.
Guadalupe no recuerda una fecha exacta en la que decidió comenzar su emprendimiento, porque en realidad, nunca fue algo ajeno. Creció viendo a su mamá combinar la docencia con la panadería y la pastelería casera, y desde el colegio era la encargada de las tortas para fechas especiales, aunque con un estilo aún informal, copiando recetas en libretas heredadas.

AFIANZANDO EN PANDEMIA
Fue durante la pandemia cuando la pastelería pasó de ser una pasión a convertirse en una necesidad. “La pastelería nos mantuvo de pie y sostuvo a nuestra familia. Cuando una puerta se cierra, hay que saber abrir otras, y por eso creo que hoy más que nunca es necesario tener más de un oficio”, asegura.
El mayor desafío de llevar adelante su emprendimiento no está solo en las recetas o en el arte de decorar tortas con precisión milimétrica. El verdadero reto es el tiempo. Coordinar las obligaciones de un trabajo formal en medios de comunicación con los pedidos de su clientela, no siempre es sencillo. “Hay que educar al cliente a pedir con tiempo, porque tengo que cumplir con mi trabajo, atender la casa, ser mamá y, a veces, hornear hasta la madrugada”, cuenta.
Sin embargo, también ve las ventajas. Trabajar desde casa le permite compartir más tiempo con su familia, enseñar a sus hijos el valor del trabajo, y generar un ingreso extra que, como ella misma dice, “ayuda enormemente”.

MENSAJE DE AMOR Y COMPROMISO
Construir una marca propia en medio de tantas responsabilidades no es fácil, pero Guadalupe tiene clara la receta: empeño, dedicación y amor. Y en eso se basa el mensaje que quiere dejar, sobre todo a las mujeres que tienen miedo de empezar. “Que lo hagan, que se animen. A veces se trata de una cuestión de supervivencia. Si no les sale, que lo intenten hasta lograrlo. Todas podemos, pero muchas veces no sabemos que podemos”.