La falta de lluvia perjudica la provisión de agua en los hogares, principalmente en Ciudad del Este y Presidente Franco, de acuerdo a los técnicos del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental. Paradójicamente, los barrios cercanos a los ríos Acaray y Monday son los que más sufren con esta situación. Los profesionales explicaron que al menos dos a tres días de lluvia mansa, ayudarían a reponer los acuíferos.
Oscar Aquino, titular regional del Senasa, indicó que incluso los barrios que cuentan con tanques comunitarios están recurriendo al racionamiento en la distribución de agua, debido al descenso en el nivel de los pozos. Señaló que el fenómeno se da en las cuatro ciudades cabeceras del departamento, porque en los distritos del interior se manejan mucho mejor con las juntas de saneamiento, por el menor número de habitantes.
“Vemos que en algunos países de la región el racionamiento de agua es bastante fuerte. En nuestra zona todavía no llegamos a eso, pero sí hay una reducción en los reservorios y consideramos que, con una buena lluvia, en dos a tres ocasiones seguidas eso hará que se recupere y así también los pozos artesianos y domiciliarios”, explicó el funcionario.
De hecho, a finales del año pasado la dependencia ya había advertido sobre los tiempos de sequía y que el problema de la falta de agua es mucho más frecuente en el lado Acaray. Con la escasez del vital líquido todo se complica, atendiendo a que el uso es para el consumo, el aseo, la preparación de alimentos y otras actividades cotidianas.
PROBLEMA EN LAS ZONAS RIBEREÑAS
No solo en tiempos de sequía en el lado Acaray de Ciudad del Este y en las proximidades del río Monday de Presidente Franco, se tiene dificultades para el acceso al agua potable. Por las condiciones del suelo es muy difícil llegar al vital líquido, incluso con la excavación de pozos artesianos. Ya hubo casos donde salió agua salada.
En los barrios San Rafael, San Miguel, San Antonio y La Blanca, que irónicamente están próximos a cauces hídricos, contar con agua potable en sus casas puede considerarse un lujo. Los asentamientos Sandrita, San Miguel, 8 de Diciembre y las instituciones educativas dentro de estas zonas están en la misma situación, de acuerdo a los registros del Senasa y la municipalidad de Ciudad del Este.
Todos los días camiones cisternas de la comuna distribuyen a los citados barrios agua captada en la Planta de Tratamiento del Lago de la República. Por otro lado, el servicio de las aguateras privadas es muy deficiente. En varias ocasiones los usuarios denunciaron que no brindan agua de calidad para el consumo humano.
Solamente en Ciudad del Este, son distribuidos unos 80 mil litros de agua por día, ampliándose la cantidad en épocas de altas temperaturas. En Presidente Franco no hay reportes de una distribución comunitaria del vital líquido en las zonas donde la excavación de pozos no arroja resultados.
PROYECTOS QUE “DUERMEN” EN LOS ENTES PÚBLICOS
El año pasado, la comisión de obras del Senado dictaminó a favor de un crédito y apoyo financiero de USD 585 millones para varias obras del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones en el país, entre ellas el proyecto de agua y saneamiento en el Alto Paraná, por 200 millones de la moneda americana.
El plan que incluye al Alto Paraná, es uno de los considerados claves para la cartera de Estado. El mismo debe ser costeado con créditos del Banco Interamericano de Desarrollo, en conjunto con la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA).
Según el proyecto, la obra debe beneficiar a 300 mil habitantes de los municipios cabecera del décimo departamento, por lo que implica la construcción de una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), así como el mejoramiento del sistema de agua potable y la construcción de alcantarillado sanitario.
